Lo primero que nos gusta hacer cuando escuchamos que alguien quiere convertirse en un empresario es dar la enhorabuena. Este, sin duda alguna, es el primer paso que todo emprendedor ha de dar. Al fin y al cabo, un empresario no se define tanto por sus logros o por su carrera como por su mentalidad.
Si este pensamiento cruza por tu cabeza es, con toda seguridad, porque tienes alguna inquietud rondándote y te sientas motivado para darle una oportunidad y perseguir tus propias ideas. Muchos se preguntarán, ¿por qué es importante desarrollar una mentalidad empresarial? Aunque la idea inicial sea buena, no cualquier persona puede ser capaz de llevarla a cabo.
Es una mezcla de creatividad y determinación que hay que implementar en nuestro carácter de forma natural a la hora de plantear cualquier problema o cuestión. Es posible que no todo el mundo nazca con esta mentalidad característica de empresario, pero los principios y el camino a seguir se pueden aprender. Además de conocimientos, un emprendedor también necesita aprender los movimientos que tendrá que realizar.
Tienes que plantearte los siguientes pasos como unas “directrices” más y que como elementos fijos e inamovibles que todo empresario tiene que realizar en su viaje. Es posible que estés empezando y tengas una gran idea o que formes parte de un equipo que busca nuevas oportunidades. En cualquier caso, echa un vistazo a los siguientes puntos:
Ármate con habilidades y una base de conocimientos
Te hayas formado como te hayas formado, hayas estudiado lo que hayas estudiado, siempre hay mucho que aprender. La práctica siempre supera a la teoría y siempre es mejor aprender a manejar situaciones adversas a memorizar un sinfín de conceptos y situaciones hipotéticas. Todo empresario ha de ser adaptable y estar abierto a cualquier tipo de información nueva. Aunque suene algo desalentador, siempre se puede simplificar el proceso de continuo aprendizaje.
Es clave sentirse a gusto con la investigación que estés llevando a cabo, suscribirse a publicaciones relacionadas con las tendencias de tu sector y sumergirse totalmente en el mercado que te interese explorar. Además, tienes que focalizar tus esfuerzos en lo que realmente importa, a veces es mejor saber lo básico de muchos campos que centrarse en un área de interés particular y especializarse cuando estás buscando un sector en auge.
Crea una red de contactos
Solo no se llega a ninguna parte. Todos los grandes magnates o empresarios exitosos han llegado donde han llegado gracias a su propia red social. Mentores, socios, inversores, empleados… Hay que saber rodearse de gente capaz a la que beneficiar y que te beneficie a partes iguales. En algunos casos, asociarse con un cofundador o un pequeño equipo que complemente tu idea es lo mejor para todos.
Formar parte de algo más grande siempre aporta frescura, conocimientos y experiencia a cualquier proyecto. No te tienes que conformar con dar a conocer tu empresa entre tu círculo cercano, sino que has de tratar de expandirte lo máximo posible. También es recomendable apoyarse en profesionales y echar mano de asesores financieros y abogados con los que te sientas cómodo.
Deja clara tu idea y define tu nicho
Entre los primeros pasos que hay que dar para ser un emprendedor (en muchos casos el punto de partida), se halla encontrar una idea sólida. Hay que tener claro qué tipo de producto o servicio quieres ofrecer a los demás y, casi más importante, en qué se va a diferenciar de los demás en el mercado.
Una buena manera de encontrar una idea prometedora es plantearse los problemas o frustraciones de quienes te rodean y buscar soluciones efectivas. Tienes que determinar si quieres satisfacer una demanda que nadie tiene en cuenta o mejorar un servicio que ya existe. Por último, siempre es recomendable definir tu nicho de mercado, dónde te encuentras, quiénes son tus usuarios y por qué deberían elegirte.
Encuentra y comprende tu mercado
Aunque diseñaras el mejor producto del mundo, nunca tendría éxito si no se puede colocar en un mercado al que le interese comprarlo. Es posible que, a priori, un sector amplio parezca una buena idea, ya que tiene un mayor número de compradores. Por desgracia, intentar vender a todo el mundo se traduce en no vender a nadie en concreto.
Para definir cuál va a ser tu mercado tienes que comprender qué es lo que la gente busca. ¿Qué tipo de comprador está interesado en tu servicio o producto? ¿Qué estilo de vida lleva? ¿A qué se dedica? ¿Prioriza la comodidad al precio? Estas preguntas te ayudaran a definir tu mercado y tu producto.
Diseña un negocio y una idea propios
Cuando hayas asumido todo lo anterior, toca diseñar la estructura de tu empresa y darle una identidad exclusiva. Tu plan de empresa o modelo de negocio tiene que detallar cómo se organiza, tiene que contar con un presupuesto y una estimación para el futuro. Tendrás que establecer una estrategia de marketing y dotar de personalidad a “tu marca”.